TOMÀS NAVARRO
Psicólogo.
Se dedica a la psicología, la consultoría, la formación y la divulgación. Autor
de 'Fortaleza emocional'
Fibromialgia, 'finishers' del día a día
JUEVES, 12 DE MAYO DEL 2016 - 13:08 CEST
Ríete tú de los grandes
retos deportivos. Me río yo de los que suben grandes montañas, me río yo de los
que suben los 14 ochomiles, de los que suben cumbres vírgenes o de los que
escalan paredes verticales de miles de metros.
Nada hombre, vaya
chorradas de retos. ¿Cruzar el estrecho a nado? Vaya nimiedad. Nada de nada, ni
cruzar el Atlántico a remo, ni atravesar el desierto, ni adentrarse en la
jungla, ni tan solo cruzar europa en bicicleta... ¡Auténticas tonterías!
Si quieres conocer a un ultra atleta ponte en la piel de una
persona afectada de fibromialgia.
Intenta salir de la cama después de no haber podido dormir por culpa del dolor,
del dolor provocado por el peso de tu mismo cuerpo, del dolor provocado por el
peso de la manta, del dolor de saber que tienes que levantarte y sonreírle a
tus hijos cuando ni tan solo eres capaz de comprender qué es lo que te está
pasando.
Venga valiente, sal de la cama. Levántate e intenta movilizar
una espalda dolorida. Plántate ante el espejo e intenta contemplar a una persona
atrapada en un cuerpo dolorido y cansado, en un cuerpo machacado por el sufrimiento y la fatiga.
Trata de mirarte cada mañana sin recordar con lágrimas en los ojos la vitalidad
que te caracterizaba. Es muy duro... Es muy duro saber que has sido capaz de
escalar montañas, de luchar la vida, de subir a unos críos, trabajar y amar; y
que ahora te cuesta levantarte. Empieza el día, si eres capaz, mirando a un
cuerpo sin fuerza, inflado, cargado y pesado.
"Si quieres sentir
algo parecido a lo que siente una persona afectada de fibromialgia ponte unos
pesos en las muñecas y en los tobillos"
Si quieres sentir algo
parecido a lo que siente una persona afectada de fibromialgia ponte unos pesos
en las muñecas y en los tobillos, de estos que venden en las tiendas de
deportes, con cinco quilos por extremidad basta. Ahora trata de peinarte...
Añade además que incluso te duele el pelo, que te molesta el peso del pelo.
Entenderás por qué una persona afectada de fibromialgia tiene que descansar a
medio peinar, o entenderás por qué hay días que ni tan solo se peina.
¿Ya has acabado de
peinarte? Pues venga ahora maquíllate para intentar recuperar el espíritu, para
tratar de engañar al dolor con la ilusión. ¿Ya te has maquillado? Pues ahora
trata de lavarte los dientes... No olvides que tienes cinco kilogramos extras
en cada brazo. ¿Cansado? Venga hombre, esfuérzate un poco más. Te falta
voluntad. Ahora trata de imaginártelo cada día de tu vida, durante el resto de
tu vida. Trata de imaginarte también tener que aguantar comentarios de este
tipo.
Hoy toca ir a inspección médica. Ya has dejado a los niños en el
colegio. No son ni las diez de la mañana y ya estás agotado. Pase
señora, a ver, camine un poco, muy cansada no está verdad, levante este peso,
usted puede trabajar perfectamente, vamos a ver, no es encofradora, seguro que
puede sostener un bolígrafo. Bueno pues busque un trabajo de media jornada. Se
está engordando. Ande un poco cada día. ¿Que no puede? Esfuércese. Ande cada
día un poco más. Bueno va, venga en dos semanas vuelva a inspección.
Hala, remonta ese menosprecio.
Seguimos con el día a dia, llegas a casa y te sientes mal. Los niños se quedan
a comer en el colegio. No te ves capaz de prepararles la comida. Te sientes
culpable. No trabajas, no haces nada en todo el día y ni tan solo eres capaz de
tener la casa en orden, ni tan solo puedes comprometerte a hacer la comida cada
día. Te agobias. Te han pasado un par de horas de agobio, con la mirada
perdida. Te tomas tu tercer ibuprofeno. De aquí poco tienes que volver a buscar
a los niños al colegio.
Te vuelves a maquillar,
a maquillar ese dolor sordo. Maquillas la tristeza, la pena y la rabia. Dibujas
una sonrisa. Te gustaría jugar con tus hijos. Correr con ellos. Cogerlos en
brazos. Se te escapa una lágrima te la secas y vuelves al escenario. Te tomas
tu tercera cocacola, el azúcar y la cafeína te dan la energía que tanto
necesitas. Mientras esperas a la puerta del colegio te comparas con otras
mamás. Están estupendas. Te ves mayor. Te ves demacrada. Te vuelves a componer.
Tanto dolor no se puede soportar.
"Te tomas una
pastilla para dormir y te acuestas rendida"
Por fin llega la noche
y coges la cama con muchas ganas. Antes de ir a dormir te pinchas un
tratamiento experimental, ya te la podría pagar la seguridad social, pero claro
600 euros son muchos euros, crees que estás tirando el dinero. Dudas. Te tomas
una pastilla para dormir y te acuestas rendida.
De repente te
despiertas a las tres de la mañana, como cada noche, la manta te pesa, el
cuerpo te duele y el alma te llora. ¿Tendrá fin esta tortura? ¿Descubrirá
alguien algún remedio para tanto dolor? ¿Habrá alguien estudiando la
enfermedad? ¿Me moriré sufriendo? ¿Mañana seguiré sufriendo en silencio?
Te sientes sola,
machacada y cansada. Te levantas, miras a tus hijos y decides seguir
esforzándote un día más. Querida persona afectada por fibromialgia, tienes mis
respeto. Me río yo de los súper atletas y de sus retos. El tuyo si que es un
súperreto.
Querida persona
afectada de fibromialgia, para mí no eres invisible. Entiendo perfectamente tu
dolor y tu tristeza. Levanta la cabeza y paséate con ella bien alta. Pocas
personas serían capaces de hacer lo que tu haces. Eres un ejemplo de espíritu
de lucha. Eres un ejemplo a seguir. Eres una súperatleta. No lo olvides nuca. Vive
sin vergüenza ni culpa y no hagas caso de quien te juzga a la ligera.
Querida persona con fibromialgia tienes mis respetos y mi amor.